Mi amigo Daniel hace fotografía nocturna, le apasiona
atrapar las estrellas del cielo con su cámara en tomas impresionantes del mundo
que nos rodea. La técnica le permite captarlas estáticas, en movimiento, o en
barridos espectaculares que nos demuestran el movimiento de nuestro hogar. Esas
pequeñas luces que podemos ver mejor en espacios donde la contaminación
lumínica es mínima no me parecen extrañas.
El lugar donde practico yoga es un espacio óptimo para
dejarse llevar por las asanas en un viaje profundo hacia nuestro interior. Como
parte de la práctica la gurú utiliza cuencos sagrados construidos con los siete
metales más fuertes del mundo para llevarnos con el sonido a estados más profundos.
Llegó la posición final de la práctica. Shavasana o la posición
del cadáver donde contemplo el espacio que he abierto dentro de mí. También
intento dejar de pensar. La gurú en esta ocasión nos deja escuchar el cuenco
tibetano. A veces puedo sentir que ese sonido es capaz de atravesarme, como si
pudiera tocarme desde adentro. Mis ojos están cerrados. Solo puedo ver
oscuridad y unos diminutos puntitos blancos que están dispersos en el espacio
que ocupa mi visión.
Entonces sucede. El cuenco está sonando y la gurú realiza un
movimiento circular con un madero para provocar esa resonancia. Mis sentidos lo
perciben y esos pequeños puntitos blancos que están dispersos empiezan a girar
en forma circular como si fueran estrellas en movimiento creando un barrido de líneas
blancas muy delgadas. El sonido cambia. Y las diminutas luces que miro de
repente empiezan a cambiar de dirección. Ahora se mueven en dirección contraria.
La gurú empezó a girar el madero en el cuenco en dirección horaria.
Mi amigo Daniel hace fotografía nocturna, le apasiona
atrapar las estrellas del cielo con su cámara en tomas impresionantes. Yo he
estado ahí. Descubrí que puedo hacer algo parecido. Que puedo ver las estrellas
de mi universo interno; estáticas, en movimiento o en barridos espectaculares cuando
suena un cuenco tibetano en la clase de yoga de mi gurú.
¿Estoy de suerte? Que la cajera me dé de cambio voluntariamente un billete
de dos dólares me hace pensar dos cosas. La primera que seguramente se equivocó
al darme ese billete de colección o que es falso. Pero no. Es verdadero y no me
lo puedo creer. Se siente extraño. Tengo ahora dos dólares que no quiero
gastar. ¿Debo instagramear el momento? Soy dos dólares más pobre. ¿¡Señorita
cajera qué me ha hecho!?
Ese billete que no debía estar ahí en mi billetera, sino en
alguna caja de los tesoros, oculto de toda tentación por gastarlo, tuvo su
última oportunidad de perderse en el mar de dinero del monopolio de Multicines,
me faltaba un dólar suelto, pero al final me lo prestaron y los dos dólares se
quedaron tranquilos en la oscuridad de mi billetera.
Ya son las 12:50 PM acabé mi programa de radio con música
del General Villamil “Miamor” y conducía mi Corolla rojo del 79 de regreso a casa por la calle Benigno
Malo. Pensaba en que debo escribir más en mi blog. Ya estaba en el puente del
Centenario donde no estaba ese joven descalzo que pide monedas a cambio de una
limpiadita del parabrisas. Estaba otro, de apariencia diferente, con rostro conflictuado iba de
ventana en ventana, de auto en auto pidiendo algo. Me llegó el turno. Me dijo que canta en los
buses, y que le robaron su parlante, me pide que le ayude con
alguna moneda para poder comprar otro. Cualquier cosa relacionada con la música
tiene mi apoyo. Saqué mi billetera, pero descubrí que no tenía ninguna
moneda y que solo tenía esos dos dólares. Lo cogí y se lo di.
Su voz delataba su procedencia. Un hermano colombiano. Cuando tomó el billete lo desenvolvió y vio que
era bueno. No mentira. Me dijo que es un billete de colección. Su cara estaba
llena de alegría y cada vez sonreía más. Me dijo que qué buena onda, gracias, y
se fue alegre.
En realidad el que ocultaba la sonrisa era yo. Días atrás me
sentía el elegido con ese billete de dos dólares. Ahora ese joven que vagabundea la vida lo tiene y espero que
le traiga suerte(el parlante), o alegría que es lo último que me dejó.
*El primer billete de dos dólares se usó en marzo de 1862. Fue
bastante popular durante aproximadamente 100 años, pero en 1966, el gobierno
decidió descontinuarlo citando una falta de interés. Diez años más tarde,
volvió a circular con un nuevo diseño: Thomas Jefferson en el frente y la descripción
de John Trumbull de la redacción de la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos en la parte posterior.
Dato trivia (y hay más):
En 2016 una niña de ocho años fue detenida por la policía por
intentar pagar sus nuggets con un billete de dos dólares. (Link a la noticia enla página de Forbes)
*Esta información está incluida en el mismo link inmediantamente anterior.
**Esta imagen pertenece a la campaña de Daft Punk de su álbum Random Access Memories
La razón para visitar Chile dista mucho de un plan
perfectamente organizado. ¡Por la razón o por la fuerza! Todo se fraguó en la terraza de un restaurante muy
turístico y sobrevaluado donde conocí una chilena quinesióloga, amante de los
deportes extremos y el reggaetón. No vamos a hablar de eso acá.
Llegué al medio día al Cajón del Maipo. Un pueblo pequeño a
una hora de Santiago. Perfecto para actividades outdoor. La vista se impresiona con las grandes montañas y largos campos verdes. Y el
fresco que por la noche será mayor.
Ahí estaba yo haciendo la de turista maravillado con el
pequeño pueblo que tenía cuatro casas de ancho y siete de largo. Foto foto foto
y para. Comer, Internet y buscar un sitio donde dormir. El Cajón del Maipo
sufre las consecuencias de la minería. El río en el que algunos deportistas
extremos practican rafting corre peligro. Y no solo el río. La actividad minera
copa los pocos espacios disponibles para descansar en el pequeño pueblo. Y eso
me puso en apuros.
No encontré espacio para mí en ningún lugar. La gente me
miraba extraño y desconfiada. Tienen toda una larga historia que lo justifica.
Y eso tampoco ayudó. Por primera vez en mi viaje mochilero me encontraba a la intemperie
visualizándome en una banca del parque central, descansando como un mendigo. Y
eso pasó. Solo que…
Después de comprar mí cena. Vino en caja, queso, pan,
galletas. Me preparaba para dormir en esa banca del parque. Estaba nervioso. La
gente que cruzaba por ahí a esas horas no tenía las mejores caras del Cajón. Trataba
de parecer despierto. No me recosté. Estaba sentado normal con mi mochila
grande a un lado y la pequeña al frente en mi pecho para calentarme. El frío de
la noche iba en aumento y no servía mucho esto de dormir con un ojo abierto.
De repente un perro se acercó y se sentó en la banca de la
izquierda. Eso me hizo sentir como un mendigo de verdad. Solo faltaba conocer a
la mendiga y esto sería otra historia que incluía lluvia y bailes en postes. Pero
a falta de uno, apareció otro perro, enorme, parecía un Gran Danés. Cariñoso y
algo intenso, se auto invitó a mi banca y se quedó ahí dormido. Ya tenía dos
perros a mis costados. Un tercero apareció sigiloso detrás de la banca y se
acostó en el llano que ahí había. Minutos más tarde un cuarto se dispuso a dormir justo
en frente de mi banca. Cuatro perros cubriendo perfectamente mis puntos cardinales, durmiendo a mi lado, en el parque central del Cajón del Maipo en
Chile. Es lo último que se hubiera pasado por la cabeza cuando empecé ese viaje
en julio del 2015. (Ya era septiembre) La cara de la gente que cruzaba por ahí me miraba aún más
raro. Seguro me veía como “El Señor de las Bestias”, o como la señora criadora
de palomas de “Mi Pobre Angelito 2” pero con perros. El nerviosismo que sentía
antes se esfumó ante mi ejército canino. Pero tenía que mear. Así que después
de esa escena digna de un sacrificado protector de animales que recibe su recompensa me dispuse a encontrar
un lugar para descargar.
Salí del pueblo. O
mejor dicho caminé cuatro casas a un costado y los autos que pasaban no me
permitían relajarme. No quería ser el extranjero mendigo que ensucia las calles
descaradamente. Quería serlo discretamente. Así que seguí caminando en los
bordes del pueblo. Llegué a una calle iluminada que no servía para esos fines
pero estaba totalmente vacía. Mientras pensaba en eso salió del cerro un tipo
alto flacuchento a paso de que tenía algún asunto. Me miró
y se me acercaba a paso presuroso. Yo me imaginé lo peor. Pero quería mear
y no estaba de humor para que me maten o me roben todas mis cosas. Lo miraba con mi cara
más de mierda posible mientras se acercaba. Parecía muy tenso y muy acelerado.
En ese frío vestía una ligera camisa abierta a la altura del pecho. Empezamos a
caminar lado a lado y empieza a hablarme. “¡Te imaginaí que te asalten a mano
armada en pleno Santiago de Chile!” Le lancé mi mirada de John Wick después de
que le mataron a su perro querido. Me preparaba para el ataque.
Lo inesperado pasó. Un perro cafecito talla media, clásico
callejero, apareció detrás de nosotros. Empezó a ladrar al tipo que
intentaba seguir hablando, los ladridos desaforados de lo que parecía ser
mi defensor lo aplacaron, y enfurecido lo maldijo y se fue apresurado. El perro
no dejó de ladrarle por más de dos cuadras. El tipo intentaba sacárselo de
encima lanzando patadas que no lo alcanzaban. Cuando el perro terminó de
ahuyentarlo volvió sobre sus pasos. Ni siquiera me miró mi salvador de cuatro
patas y gesto orgulloso. Solo se fue por el mismo camino del que salió.
¿Qué significa esto? ¿En verdad me protege algo? Mi madre
diría que son los ángeles que me cuidan. Yo no puedo negar lo extraño del
suceso. Quién sabe lo que hubiera pasado si no aparecía. Ese día cinco perros
me protegieron. Podría divagar por el resto de mi vida sobre esto. Me quedo con
lo que diría mi madre.
Después de eso di la vuelta a la cuadra, oriné en un árbol,
y seguí mi búsqueda por un lugar para descansar antes de partir al Embalse del
Yeso. Esa historia se encuentra en algún post del pasado futuro.
Este artículo fue publicado en la Gaceta Cultural #31 de Enero/Febrero 2018 de República Sur.
El futuro de la escena independiente ecuatoriana siempre
está en peligro de extinción. Principalmente porque su público es tacaño, y no
aumenta en número con los años. Aun así la música y las bandas prevalecen ante
un escenario adverso, poco remunerado, y apenas respaldado por sus abnegados
gestores, y ¿la ley 1x1? Pero no todo está tan mal. Este año la oferta de
festivales musicales fue brutal, tanto que incluso el emblemático “Carpazo”
tuvo que cancelar por esto y varias razones adicionales. Por otro lado el
“Festival El Descanso” de Cuenca va creciendo y consolidándose, así como el
Funka Fest en Guayaquil, y qué decir del Quifo Fest con ya quince años. La
escena musical ecuatoriana existe y prevalece contra todo pronóstico.
Este año tenemos el esperado nuevo álbum de La Máquina
Camaleón “Amarilla” que se promocionó con la supuesta separación de la banda, y
también con la animada “Motora”. El álbum tiene canciones viejas hoy rearmadas
que han estado sonando en los conciertos camaleónicos como “Shiva”. Este nuevo
color está lleno de influencias de Cerati, Tame Impala, Manú Chao, Editors,
Radiohead, Devendra, Blur, etc… Un disco excelente, auto descrito como lento,
pero con una emoción que estoy seguro la veremos desparramarse en el escenario
“…hasta llegar al mar”. Escucha “Piedras”, “Manual del Perfecto Negociante”,
“Los Beneficios de Ser Magnético” y “Embajada” que no está en Amarilla sino que
es una maravillosa colaboración con El General Villamil que ya anunció su nuevo
álbum “Daga” con el sencillo “Miamor”, divertido y con mucho surf, sello del
General.
Nos quedamos en “La Perla” para visitar a Roberto Chalela
líder de los Boards que suman a su discografía su tercer álbum “Dawn To Dark”.
Chalela es un fanático del género post punk, este álbum no es la excepción,
además incluye surf rock: “Burning”, reggae: “Distance From the Sun”, y lo que
sería una de sus canciones más melódicas: “Tides”. No deja de cantar en inglés,
aunque la tendencia vaya en dirección contraria.
En esa dirección nos encontramos con el internacional Nicola
Cruz que este año lanzó el EP “Cantos de Visión” que tiene cuatro temas llenos
de identidad cambiando el frío de la montaña por el calor de la selva. Se puede
escuchar marimbas selváticas, flautas, ritmos ceremoniales diversos como el
Mapale, destinado al baile. Cantos de Visión tiene su lado b “Visiones” que
incluye colaboraciones de Uji, JAJA, Simple Symmetry, entre otros. Nicola Cruz
conquista el mundo con el sonido de sus raíces ancestrales que también son las
nuestras.
La música electro ancestral ha tomado fuerza y
participantes. Edwin Méndez es Mala Vibra quién ya lleva más de diez años
enrumbado en sonidos andinos. Este año promocionó “10000 A.C” que destaca por
su producción musical llena de instrumentos tradicionales como la truchuka,
hasha, pingullos, quipas , silbatos, etc… y los mezcla con letras en español y
kiwcha. El próximo año lanzará su álbum “Electro Ancestro”.
Si bien este álbum ya apareció previamente, EVHA, la banda
de; Alejandro Mendoza, Renata Nieto, Sebastián Schmiedl, Mateo Kingman y Martín
Calderón; decide relanzar este año “El Viejo Hombre de los Andes” con el sello
argentino AYA Records. Este álbum “retoma los cantos viejos, los muta y los
rearticula con elementos electrónicos”. “Son las ceremonias de la serranía, los
coros lejanos del páramo, las voces ocultas de la selva, la Bomba, la Marimba,
el San Juanito, que al unirse con lo electrónico relatan el nuevo remontar de
la música ecuatoriana.” Así se describe la banda. El álbum brilla con canciones
como “Yuyo”, “Culebra de Monte” o “Uiuí”. No se pierdan la experiencia en vivo.
Si hay un álbum que brilló por su impresionante composición
estética es “Señales” de la banda quiteña Pánico. Siete canciones de pura
perfección que empieza recordando bochornosos eventos de nuestro antiguo
congreso nacional, para luego adentrase en historias más personales. Su sonido
pop latinoamericano es obra de Sebastián Valbuena que además de la guitarra
comparte voces con Maya Villacreses, Marcelo Dueñas en el bajo, Joaquín Terán
en la batería y en el espectacular teclado Andrés Arauz. Si esto fuera un
ranking “Señales” sin duda estaría disputando los primeros puestos con
canciones como “Carta a una desconocida”, “Señales”, o “Banderitas de
plástico”. Y como todo tiene su final, también es la despedida de la banda en
la mejor calidad posible. ¡Pánico!
Una de las sorpresas de este año fue Roberto Ávila que ya
apareció antes con otras bandas donde ya reveló su personalidad apasionada y
locuaz, ahora transmutada en el EP “Qara” que se traduce comocuero o piel en quichua, Roberto explica un
significado de aceptación musical, de un encuentro con su canción. La
conmovedora voz de Roberto cala hondo en “Muchacha”, y reluce en “El Caballo”.
Un EP con cinco canciones dignas de lo mejor de Latinoamérica con una voz que
promete salvarnos a todos.
“Esto No Pasa En América” es uno de los álbumes que lanzó
Letelefono este año, pero “Puro Sentimiento” es sin duda un paso adelante en su
música. Nunca sonaron tan bien. Actualmente son Mario Cornejo, Leonardo Espinoza,
Bernardo Arévalo, Sebastián Rodas y Daniel Nicolás Hurtado. Baladas modernas
para personas que no saben bailar o bailan muy poco. Dramatismo y melancolía se
fusionan con sonidos de algunos instrumentos musicales de juguete. Pablo
Jerónimo Orellana alguna vez un Letelefono y Da Culkin Clan es el artífice de
la música, Pablo reaparece para que Leo Espinoza le ponga las letras, y lo hizo
inspirado en Nino Bravo, Camilo Sesto, Morrissey, Nick Cave, etc. Enloquece con
“Las Mujeres de Mi Vida”, “Colash”, “Hellow Ana” y “Un Gran Hombre”. Por ahí
uno podría pensar que se adelantaron a escribir “Las Mujeres de Mi vida” o
quizás no. #LasNuevasGeneraciones
Este año fue especial por la misteriosa aparición de quién
se describiría como el Banksy de la música. Roba y reinterpreta, sí, desde el
nombre. El tema del misterio no sé si se logró. Todo esto nos dejó un viaje por
sampleos magistrales como el caso de “Cayendo Cayendo” y “Disco” que podrían
estar incluidos en un álbum el próximo año. En la misma espera están los
Sexores que vuelven con más Shoegaze después de un exitoso 2016 con el “Red
Rooms”. Tres nuevos sencillos aparecieron: “Allures”, “Rigel” y “Bluish Lovers”
que podrían integrar el nuevo álbum que se llamará “East / West” y que se
lanzará este quince de mayo del 2018.
Continuamos en modo de espera con Tayos Tayos Tayos desde
“La Perla” revelando la maravillosa voz de “La Habitante de la Luna” Sabi
Gallegos Anda que también está a cargo dela guitarra y el sintetizador,
volvemos a ver al “Macho Muchacho” Aldo Vanoni con look Jack White también en
la voz, guitarra y sintetizador, completa la alineación con Sebastián Peralta
en el bajo y Aldo Macciavello en la batería. Lo suyo es su propia versión del
gótico, un sonido oscuro que no está tan desprovisto de luz y que se refleja en
sus canciones: “El Cráneo de Santa Isabel”, “Tutankabron”, “Panama”, y la
espectacular “Conglomo” que nos recuerda la fuerza de la composición
ecuatoriana. El futuro vislumbra un álbum y lo esperamos con ansias, tal como
lo hacemos con lo que será la interesante propuesta de Pablo Guerrero bajo el
nombre de Ela Mar que lanzó un sencillo “Síndrome Pasado” producido nada más y
nada menos que por “El Peón” Mauro Samaniego. Aquí prevalece un sonido
experimental con mucho sinte y una voz que transita lo onírico encajando
perfectamente sus letras. Está en la mira para el próximo año.
La nostalgia ochentera aparece con el nuevo álbum de 1982.
“Homesick” es el regreso de Sebastián Narvaez y Antonio León a estructuras EDM
a diferencia de “Nuevas Ondas” que tuvo estructura rock. “Plan B” tiene samples
de Say Say Say de Paul McCarney y Michael Jackson, “Eye in the Sky” referencia
a The Alan Parsons Proyect, y las colaboraciones locales son grandiosas, en “Homesick”
participa el auto denominado “mejor rapero del Ecuador” André Farra, y en
“Espiral” Sexores.
Dejamos el sonido sinte para dar paso al rock de Nuevo Bravo
que debutó con el álbum “Hombre M”. Liderado por Mateo Terán, letras por Raúl
Molina, y producido por Mauro Samaniego. Nuevo Bravo quiere revivir el rock con
canciones como “Ojo Seco” o “Camaleón”, pero sin dejar aparte su lado más
sensible expuesto en “Flores Muertas” o “Ana”. Si existe un concepto en este
álbum ese es la intensidad.
Cuando Guardarraya se fue a volver se tomó su tiempo. Y es
que esta banda que conoce los sentimientos más sinceros del Ecuador no da por
sentado nada y lo entregan todo. El resultado final maduró ocho años “Me Fui a
Volver” es su nuevo material que ve la luz gracias a un crowdfunding que
demuestra el apoyo de su audiencia fiel. ¿Algo nuevo? Más moderno, con sintes
predominantes y arreglos eléctricos, escucha: “Ecléctica” o “Burro Yeguero”.
Dicen que el sonido conseguido es irrepetible con las condiciones particulares
de grabación allá en una hacienda en Cayambe. Si bien es moderno no deja de ser
el clásico Guardarraya de canciones honestas como “Machuca” y “Hoy”, también
crean atmósferas que le otorgan cierta psicodelia como en “Otro Rato”. Álvaro
Bermeo, Mateo Crespo, Andrés Caicedo, Jason De la Vega, Felipe Andino, y Franco
Aguirre es la alineación que nos promete compartir buena música y Norteño por
todos los escenarios y callejuelas del país. ¡Lero Lero!
El folclor no queda fuera este 2017 con “De Raíz” un
proyecto de música folclórica contemporánea liderado por Stalin Pacheco, Marco
Yupangui y Emmanuel Vásconez. “De Raíz” es el resultado de la investigación de
diversos instrumentos tradicionales como la zampoña, rondador, payas,
pingullos, y su mezcla con otros más actuales como la guitarra eléctrica, la batería,
y violín. Su estilo también se ve afectado por esa mezcla de música étnica
ecuatoriana con sonidos contemporáneos como el rock, jazz, y música académica.
El álbum “In / Fusión” es un viaje por once temas compuestos por Pacheco, Yupangui
y Vásconez; material para conectar con ritmos tradicionales como el yumbo,
yaraví, sanjuán, fandango, danzante, chaspishca y capishca. Escucha “Hilo de
Sueños”, “Sol de Lluvias”, “Raymi Sound” y “Espiral”.
Este año no ha sido indiferente con la tiranía. La de José
Orellana. Madre, Padre, Líder, Tirano, cantante, y compositor de La Madre
Tirana. Al puro estilo de Led Zeppelin nombrando sus álbumes aparece “La Madre
Tirana II” con un sonido más experimental que su predecesor, lo que no
significa que esté falto de temas enganchadores como es el caso de “Agripina
rock n´ roll” que usa los riffs de “Anna” de los Beatles. Influencias
fundamentales recaen en Charly García y Nirvana que no se manifiestan
explícitamente en el álbum. Canciones como “El Mono Fundamental” brindan un sacudón
con ritmos violentos que contrastan con la melodiosa “Como María”. “El Ocaso de
los Ídolos” aparte de ser una referencia a al filósofo alemán Nietzche es una
de las canciones que más estremece, y viene acompañado por un video que solo
suma aún más la estética tirana, que también aparece en “Barcos Ebrios”…
¿Rimbaud?. Viaja con “Saturno” y no temas que este es un gran trabajo producido
por el hermano de José, Pablo Jerónimo, que no deja de sorprendernos con su
capacidad creativa. “La Madre Tirana II” convocó a la ilustradora Cristina Merchán "Miti Miti" para crear la portada del álbum físico que es una maravilla.
Las propuestas que merecen una mención especial van para
Cementerio de Elefantes con su álbum “Larutanatural”, el EP “Las Luces” de
Jurupis and the Sheeps, el proyecto experimental cumbia de Guanaco Mc bajo el
nombre de Guanchaka con “Monte Abajo”, para Nochka con su “Miti Miti”, y por
último a Neoma quién es una de las voces más frescas y jóvenes de la música hoy
por hoy.
Estoy seguro que muchos de estos nombres seguirán
sorprendiéndonos en el 2018. Nuevos nombres aparecerán, porque el año se acaba,
pero el ocaso está muy lejos de ponerle un punto final a nuestra música. Esto
fue el 2017 en la escena alternativa de Ecuador. Todas las fotos de este artículo son cortesía de Xavier Gallegos / Encuentra sus fotografías en Instragram como: @siete_ph @xavier_gallegos_s ______________________________________________________________________________
Este playlist no incluye canciones de Tayos Tayos Tayos, De Raíz y Mala Vibra que no tienen su música en Spotify pero les dejo algunas de sus canciones disponibles de YouTube.