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sábado, 27 de septiembre de 2008

Para las Colitas

Los uniformados me hacen parar el carro a eso de las 3:30am, me piden los papeles y me huelen el aliento para ver si he estado conduciendo borracho. Después de revisar mis papeles, me dicen que baje del carro para hacerme la prueba de alcoholemia. Afuera del carro me huelen de nuevo el aliento y me dicen que estuve conduciendo en estado de embriaguez. Me piden que me suba a la patrulla para hacerme la prueba, yo les pregunto que por qué debo subirme, dónde está el medidor. Ellos me dicen que deben llevarme a un retén cercano para la prueba, yo accedo y entro en la patrulla. Dentro me dicen que por la prueba de alcoholemia debo pagar, quiera o no, 60$, y que cuando me metan preso tengo que pagar 200$, después de tres días. Entonces los protectores de la ley y el orden me dicen que mejor arregláramos ahí ese mismo rato, que será mejor y menos complicado. Entonces, le dije que yo dudaba que me marcara positivo la prueba de alcoholemia, que no tenía plata y peor mis amigos, que mejor me deje ir, que ya que ha de hacer. Y el viejo señor de acento norteño, me dijo como tres veces que arregláramos. Yo le dije que no tenía plata, que si quiere vayamos a mi casa que quedaba cerca. El me preguntó que dónde era y arrancó la camioneta. Mientras conducía se iba pasando los redondeles para ir a mi casa, yo le decía que en esos redondeles tenía que virar. El que conducía no me hizo caso y se fue de largo. Llegamos a donde detienen a los choferes que infringen la ley, en donde también funciona el “hotel” para los ladrones y delincuentes comunes. Dentro, no había luz, entré por el pasillo y me hicieron entrar en una pequeña habitación que se ubicaba a la izquierda, había un computador, una ventana grande en frente y a lado de la computadora un uniformado acostado.

Había 3 uniformados en el lugar. Uno acostado a lado de la computadora, otro fuera de la habitación y el que me interrogó. Este uniformado de acento costeño-norteño aparece con una linterna y empieza a interrogarme con la luz en la cara. Que qué estaba haciendo, que por qué me detuvieron. Yo me limitaba a contestar nada más. El uniformado me insultaba y me recriminaba por el alcohol que no bebí. A veces intervenía el que estaba durmiendo, decía: “Debe cuidarse, ya ve lo que puede pasar por andar bebiendo”. Era como decir que la ley no existe, un mensaje de cuídate de la mala suerte. Mientras sucedía la interrogación ya eran las 4:30am, llamé a Darío grande. Los uniformados ya estaban haciendo el parte, pasaban mi nombre y la matrícula, entonces el que me interrogaba me dice que me va a hacer la prueba de alcoholemia, que si marca positivo me deja ir, que si no me quedo. El uniformado se me acerca con un aparato medio conocido, me dice que sople como 5 minutos en un orificio pequeño, pero el pequeño orificio tenía a su derecha una pequeña marca que indicaba que aquello servía para introducir un plug de audífonos. Sí, era un ipod, el momento que me lo acerca para realizar la “prueba” se lo digo: “¡No me joda eso es un ipod, ahí está la marca de los audífonos y esta circunferencia sirve para usarlo!”. En seguida el uniformado se siente sorprendido y dice en un tono amenazante: “¡Qué!, ¡qué!, ¡ya te voy a hacer lo que es un ipod!” Sale del cuarto a conversar con el uniformado que estaba afuera, conversaban de lo que me iban a hacer cuando ya me metan al tarro. En eso aparece Darío grande. El que me interrogaba vuelve de su conversación y me dice con tono burlón, alumbrándome la cara con la linterna desde la puerta de habitación: “Y ahora quién podrá ayudarte”. Después de unos 15 minutos ya estuve afuera.

Las historias de uniformados corruptos podrían durar años, un amigo consiguió una grabación de uno de estos tratando de sacarle plata. Con esa grabación evitó ser detenido y, que la ley y el orden le robe su dinero. ¿Por qué la justicia es peor que los delincuentes? Una de las respuestas es su bajo salario. Acceder al club de los uniformados es complicado, no cualquiera se une, primero está la familia y su gallada, rara vez ingresa un tipo que no pertenece a su círculo. Es una especie de mafia. Los miembros de la ley y el orden pertenecen en su mayoría a cierto estrato social que utiliza su poder para de alguna manera vengarse de los que los excluyen. No digo que toda la entidad que vela por nuestra seguridad sea corrupta, pero la verdad, eso es lo que parece.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Born to be wild


En el camino de vuelta de unas merecidas vacaciones, me topé con este particular bólido endemoniado.

domingo, 14 de septiembre de 2008

La patrulla del ipod "justiciero"

(Ilustración: Darío Orellana/Foto: De joda con el pana Xavier)

sábado, 6 de septiembre de 2008

¿How does it feel? ¿Is it just a mistery trap?

La vida pop, el consumismo, la sociedad, las mujeres y el tabaco. Complejos elementos que me llevan a un tiempo en el que parece que todo vale nada. Parece que los horarios no van conmigo, peor los jefes hipócritas de oficinas limpias y respetables. Encima el tema que más me gusta, la apestosa política, ya es de todos, y eso no me gusta.

La curiosa mirada de algunas personas que al parecer no tienen vida propia o a lo mejor viven en la vida de otros, no puede ser más molesta. Recluido en mi casa lejos de la gente falsa, aprovecho para regocigarme en mi personalidad, en la música que me gusta, en mis opiniones, en mis amigos(cercanos y otros cercanos via web) y mi familia.

Mientras en las afueras me espera "la Chola" con gafas de a dolar, pero la embustera me engaña con su apariencia de modelo triple A. No es fácil para el ingenuo que no juzga. Room de cantantes, mendigos de centavos, no más que ladrones malintencionados.


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