Fotos: Daniel Encalada
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Mi amigo Daniel hace fotografía nocturna, le apasiona
atrapar las estrellas del cielo con su cámara en tomas impresionantes del mundo
que nos rodea. La técnica le permite captarlas estáticas, en movimiento, o en
barridos espectaculares que nos demuestran el movimiento de nuestro hogar. Esas
pequeñas luces que podemos ver mejor en espacios donde la contaminación
lumínica es mínima no me parecen extrañas.
El lugar donde practico yoga es un espacio óptimo para
dejarse llevar por las asanas en un viaje profundo hacia nuestro interior. Como
parte de la práctica la gurú utiliza cuencos sagrados construidos con los siete
metales más fuertes del mundo para llevarnos con el sonido a estados más profundos.
Llegó la posición final de la práctica. Shavasana o la posición
del cadáver donde contemplo el espacio que he abierto dentro de mí. También
intento dejar de pensar. La gurú en esta ocasión nos deja escuchar el cuenco
tibetano. A veces puedo sentir que ese sonido es capaz de atravesarme, como si
pudiera tocarme desde adentro. Mis ojos están cerrados. Solo puedo ver
oscuridad y unos diminutos puntitos blancos que están dispersos en el espacio
que ocupa mi visión.
Entonces sucede. El cuenco está sonando y la gurú realiza un
movimiento circular con un madero para provocar esa resonancia. Mis sentidos lo
perciben y esos pequeños puntitos blancos que están dispersos empiezan a girar
en forma circular como si fueran estrellas en movimiento creando un barrido de líneas
blancas muy delgadas. El sonido cambia. Y las diminutas luces que miro de
repente empiezan a cambiar de dirección. Ahora se mueven en dirección contraria.
La gurú empezó a girar el madero en el cuenco en dirección horaria.
Mi amigo Daniel hace fotografía nocturna, le apasiona
atrapar las estrellas del cielo con su cámara en tomas impresionantes. Yo he
estado ahí. Descubrí que puedo hacer algo parecido. Que puedo ver las estrellas
de mi universo interno; estáticas, en movimiento o en barridos espectaculares cuando
suena un cuenco tibetano en la clase de yoga de mi gurú.
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