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lunes, 20 de julio de 2015

Con curiosidad (I got the bug)

La pregunta de mi padre me hizo sonrojar, no sé por qué exactamente, pero le dije que muchas cosas me inspiraron. Mi familia es la que más motivación me ha dado, sin incluir las veces que intentaron convencerme de quedarme.

Dicen que la curiosidad mató al gato.

Mi primer gran aventura empezó cuando estaba en el kínder. Cada vez que iba en la buseta amarilla a ese lugar pensaba que no estaba muy lejos de mi casa, y que si miraba atentamente las casas y calles iba a poder regresar. Secretamente memoricé el camino, y me preparé para volver si era necesario. En una ocasión mi profesora preocupada me preguntó por mis padres, y yo le decía que ya iban a venir. Ayudé a consolar a otro niño que le sucedió lo mismo, pero llegaron a verlo más pronto. Entonces me escapé de la vigilia de la profesora y empecé el viaje de regreso a casa.

Estaba aterrado, no sabía si mis referencias me iban a servir de verdad. Caminaba con miedo de perderme, ya había dejado de llorar, pero seguía preocupado. Tenía miedo de la gente, de las largas cuadras, de los autos en la calle. Todo era un peligro de muerte o secuestro. No recuerdo el tiempo que me tomó llegar a mi casa, pero la pasé muy mal. Lloraba porque no estaban. Finalmente llegaron y me reclamaron. No recuerdo bien lo que pasó, pero estaba tranquilo, ya no tenía miedo y además estaba orgulloso de mi aventura. En traje de kínder todo llorado y mocos.

Dicen que la curiosidad mató al gato, pero y qué sobre lo que descubrió antes de morir muy viejo, ahí en la casa que tiene su edad.


(Mi hermana mayor tomó la foto. Mi hermana menor juega a Spiderman y descubre que sus poderes no sirven en el campo, a mi la máscara se me cayó. Y detrás de mi, los mejores. ¡Nos veremos pronto!)
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