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sábado, 20 de abril de 2019

El Libertador y los Tayronas




Después de unos días en Bogotá me esperaba la ciudad que vio morir a Bolívar y uno de los parques nacionales más hermosos de nuestro continente, ni hablar de la gastritis.

Viajar barato en Colombia tiene un precio, debes hacerlo con tiempo, ligero y pagar cada ítem adicional. Llegué a Santa Marta con la aerolínea Viva Colombia en la Hospedería Casa Familiar (https://www.facebook.com/casafamiliarSantaMarta/) ubicada cerca del malecón y la plaza central. El taxista me preguntó nervioso si esa era la dirección correcta. Parece que el sector no es el más seguro, pero nada que no se pueda manejar con algo de cuidado y pocas cervezas.

El objetivo de llegar a Santa Marta fue logístico, me preparé para ir al Parque Nacional Tayrona que se menciona en la canción de Carlos Vives y Shakira “La Bicicleta” que yo no había notado sino mí querida amiga Fabiola. Cuando Paula se enteró de mi viaje fue la primera en recomendarme El Tayrona y con razón. Dos mil personas promedio visitan el parque nacional portando las nacionalidades más diversas. Colombia es un destino prioritario para el soltero que ama todas las posibilidades que un país puede dar, su historial en el continente y el mundo han posicionado al país cafetero como un destino de riesgo atractivo para muchos jóvenes que buscan pareja, drogas y mucha fiesta. Colombia lucha contra este fuerte estereotipo turístico sin mucho éxito.

La noche en Santa Marta me tenía sorpresas, una vida nocturna activa y brutamente animada. Bares y salones con sillas en las calles llenas de gente disfrutando de diversos grupos de baile que performan en busca de unas monedas. El nivel de esos grupos es tan alto que cuesta ser muco* ante su talento y vitalidad. Estuve en el Parque Santander o Parque de los Novios. Comí en una de las calles cercanas en un restaurante algo alejado de la avalancha fiestera, pero es casi imposible escapar de las procesiones de gente, niños cantantes y dealers, más tarde me uní con un trago, pero mi gastritis reciente me envió descompuesto de vuelta al hostal. Y es que casi toda la comida que vas a encontrar en Colombia está frita, y la oferta vegetariana es difícil de encontrar o es muy escasa. Manzanilla y el Enterogermina* que me dio mi anfitrión me dejó listo y con algo de temor para ir al Tayrona.






























No recuerdo el tiempo en el bus, fue como una hora, el estómago revuelto y el olor a esmog que se metía por la ventana me sirvió de contraste. Mi reserva mágicamente funcionó, apareció de la nada un señor en la entrada del parque que me buscaba, vaya usted a saber cómo es que me identificó. Entramos. La revisión de mochilas es aparentemente exhaustiva, no se permiten muchas cosas, plásticos, speakers, alcohol, etc, la idea es dejar fuera los contaminantes de todo tipo. Puede que los guardias estén con pereza, puede que no. Suerte.

El sendero es de una hora más o menos para llegar a las playas internas, el lugar es tan concurrido que las líneas de gente se parecen a las líneas de hormigas que te encuentras por todo lado cargando  trocitos de hojas verdes. Llegamos después de pasar tres playas; Cañaveral, Arrecifes, y La Piscinita; el objetivo Cabo San Juan, centro de operaciones con camping de varios tipos, carpa individual o compartida, hamaca al aire libre, o cuarto individual o compartido. Por falta de espacio no tuve opción, yo conseguí la carpa individual incómodo por la temperatura que en septiembre suele estar desde 24 a 31 grados. Dormir es lo de menos. ¿Te conté que no hay acceso a Internet o que no hay luz disponible toda la noche? Existen unos casilleros en la zona del restaurante donde se puede cargar los móviles, la comida ofertada no es típica colombiana y es más cara, es el precio de comer en San Juan, pero si vuelves tus pasos a Arrecifes vas a poder probar la verdadera comida local en un pequeño local que hay ahí, rodeado de árboles, disfrutando la sombra y la vista, no se te ocurra olvidarte un repelente. A eso yo le llamo un lujo de verdad, más barato, más rico.





Yo me quedé tres días, no es barato, pero tampoco caro. Más o menos debes pagar por día 17 dólares. Es más barato para los locales. Dada las pocas facilidades tecnológicas disponibles, te toca conversar con gente, sí. Chao celulares salvo para recolectar números y cuentas de Instagram de tus nuevos amigos. Nunca fue más fácil conocer gente.

Aunque la gente si logra meter de contrabando sus cervezas y alcohol, también lo logran con pequeños speakers para oír música. La noche es espectacular, ya con un clima más amable es tentador adentrarse al mar y ver el reflejo de las estrellas en el mar. Cada loco con su tema.

En el día estar en la arena de la playa puede ser molesto porque tiene millones de bichitos chiquitos que quieras o no te van a caminar encima, lo mejor es llevar una toalla o manta para evitarlos. 

Alguien mencionó la playa nudista, la que visité mi último día. Aproveché para nadar desnudo en el mar caribe más hermoso en el que he estado. Es una libertad sospecho muy apreciada y muy desaprovechada. Al mismo tiempo sucedía el huracán Irma que causó lluvias extremas en La Guajira. La sensación de flotar desnudo en el mar caribe a sabiendas del Irma te da una sensación extraña, chispas de conciencia y otras no tanto. Pero nunca tan mal como el eterno perdedor candidato a la presidencia del Ecuador Álvaro Noboa quien “venció” al huracán.




En San Juan que es una playa doble tiene en el medio de estas dos playas una especie de manglar donde se puede encontrar un caimán enorme. Y no es broma, ni mito. Lo vi el último día y no es nada pequeño. Les diría que tengan cuidado, pero no hay ni una señal de advertencia, asumo que nunca sale de ahí. Yo si les advierto si se les ocurre explorar sus dominios por la noche ;).

 Por último en San Juan no te olvides de probar los jugos de la seño que son increíbles o será la sed, el más popular es el de Lulo que en Ecuador se conoce a esa fruta como naranjilla, y sí se dice que es afrodisíaca por si se preguntaban por qué se acabó. Yo tuve que conformarme con uno de piña. Estamos llegando al final y así como ese día de septiembre del 2017 no quiero irme. Recuerda que el Tayrona es nevado, selva y playa al mismo tiempo un parque para visitarlo lo antes posible.

El sueño del Libertador terminó al norte de Colombia, los Tayrona vieron su fin con las enfermedades que trajeron los conquistadores. Ya es tiempo de aquello. Tu solo necesitas sueños de viajar y Detán. Recalco que este viaje es mejor si eres soltero. No digo más, me voy, pero volveré con más de Colombia aventuras en la ciudad amurallada y eje cafetero.

*Muco = Avaro
*Enterogermina: Medicamento para estimular la flora intestinal del estómago

 La primera parte sobre Colombia la puede chequear acá https://eljovendario.blogspot.com/2017/11/vive-colombia-viaja-por-ella-parte-1.html

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