Aeropuerto de Santiago de Chile |
Hoy (30 de septiembre 2015) se "celebra" los 26 años del estadio monumental (Colo Colo), ya han pasado 70 años de la muerte de James Dean, se rumora que Alexis Sánchez quiere irse del Arsenal, el metro se paralizó con un operativo policial debido a un objeto olvidado, y es el día del fan paris (tienda de ropa). En el noveno piso del multifamiliar "San Bernardo" sector Baquedano en Santiago de Chile, con una vista llena de edificios y una iglesia que muestra su pequeñez ante tan magnos departamentos, me hago a la idea de que en varias horas estaré de vuelta en Cuenca.
Ya me voy. Dije hace varios días atrás. Pero las fiestas patrias se interpusieron en mi camino y como dije cuando nací, a lo hecho pecho, y sí que chupé de todo en Chile. Me refiero a la gran oferta de alcohol que se puede conseguir. Desde Pipeño a un buen vino. Y todos a un bajo precio. Porque el resto cuesta su alguna cosita.
Y como dicen por ahí, el que mucho se despide pocas ganas tiene de irse. Así que me quedé, y aunque hoy sí me voy y no quiero irme, queda todo un sur por explorar. No encontré el "Tren al Sur", entonces respiré "atento y hondo", busqué la dirección en google maps, pero estaba mal.
Volver me suena mal, porque suena a retroceso, detesto volver. Mirar hacia atrás y no ver un buen culo. Mirar hacia atrás es como perder. Pero si voy a perder que sea una pérdida fantástica...
***
Hace 10 años tuve la oportunidad de hacer mi primer viaje internacional. El primer contacto con lo desconocido fue la gente del aeropuerto. Cada uno era más interesante que el otro. Barbones desalineados con grandes mochilas empolvadas y sucias iban y venían. Rubias con bronceados perfectos se paseaban dejando ver uno que otro tatuaje. Muchos revisaban unas guías que parecían muy prácticas, al parecer todos los viajeros conocían sobre ellas. Toda la gente se veía tranquila, parecía que sabían donde ubicarse, y qué hacer.
Yo estaba emocionado con la idea de cruzar el Atlántico, no dejaba de ver todo lo que me rodeaba, era fascinante. Los pasajes llenos de mercadería, las azafatas sonrientes y hermosas, el pasaporte, vacío, esperando llenarlo pronto, la gente, quiénes eran, qué hacían, a dónde iban. Personajes misteriosos con look desenfadado y desaliñado. Algunos llevaban equipo deportivo para esquiar, surfear, snowboard, otros solo se veían polvorientos, como si hubieran escapado de una tribu en el amazonas o de los peligros de lo que yo creía que existía en lugares remotos.
Foto por Sylvia en el aeropuerto de Santiago de Chile |
¿Cuánto tiempo te toma verte como quieres?
Diez años después. Barbudo, polvoriento, desaliñado, desenfadado, sonriente, con la espalda magullada y la piel maltratada, así me veo mientras dejo mi maleta en el counter de la aereolínea, me doy cuenta que había "escapado de una tribu en el amazonas, que volví de una aventura en lugares remotos, y que casi conozco al Dalai Lama", y hay más.
Algo cansado, pero contento, camino por esos aeropuertos que tanto me gustaban, con una apariencia de haber estado en una guerra, o de haber estado naúfrago en una isla desierta. Llegaré a casa. Pronto me afeitaré y me arrepentiré, la barba del viaje es casi un trofeo. ¿Cuándo pasó que necesito un masaje? El Joven. Darío está de vuelta y seguiré escribiendo sobre lo que pasó en este viaje. Pero primero dormiré. ¿Qué día es?
3 comentarios:
Ahhhhh....Don't go back!!!! Not yet. I want to hear more stories that recall my youth.
How I loved to travel and how perfectly you described my feelings of excitement in observing other travelers and locals, smelling the exotic smells, tasting foreign dishes and longing for the day when my passport would be filled with pretty stamps.
How I loved that travel worn look, dusty tangled hair and dirty clothes, scuffed bags.
And yes. How good it felt to get home and have a proper shower instead of trying to scrape the dirt off in gas station rest rooms with scratchy paper towels.
How good it felt to sink into my own soft bed instead of lying under a raincoat in a ditch outside that gas station.
Nice to wake up at home without a spider bite on my eyelid that made me look like Rocky Balboa.
I would find work but after 6 months the siren song of open road would lure me away again.
Where is that carefree girl. Sometimes I think I catch a glimpse of her impish smile in the mirror but all too soon she gets lost in the daily round of chores.
I hope you will let your carefree boy run until he has exhausted all need to. Only then will you find peace in the mundane, work a day world.
Thanks for sharing your adventures with me and leaving me wanting to hear more.
big hugs to you my dear nephew.
Tia Jane
I can feel your words, what amazing words, but it´s no the end of walking in the dusty road with a broken back haha. I still have many posts and pictures waiting to see the light. I have some words left. But yes, there is a carefree boy waiting for the next southamerican journey. I´ll be back you bet my dear Aunty Jane.
Lots of love,
Nephew Darío
Yay!!!! Can't wait. You are an amazing writer. <3
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