Cuando uno viaja a otro país, lo primero que uno hace es mirar las diferencias con el lugar de origen. En la entrada anterior quería mostrar una foto que refleje tranquilidad, hasta me da ganas de ir a comprar un helado y salir a pasear, la verdad me gustaría ir por una cerveza y salir a pasear con alguna buena amiga. En fin, volviendo al texto, hablaba de diferencias, el tren es una de ellas. Cuando conversaba con amigos holandeses les trataba de explicar la emoción que me produce una estación de tren. Y es que las siento de una manera clásica, como si te subieras a un taxi, pero no son Hyundai, son Rolls Royce. Los que estuvieron en Inglaterra lo saben. Es una cuestión romántica, imagínate en una estación al otro lado del mundo, sentado ahí, con un abrigo negro, fumando un tabaco mientras esperas un tren que te va a llevar muy, muy lejos. Una dama de cabello largo y dorado, lleva un vestido gris, tacones altos y espera el mismo tren. Tú, extranjero, no puedes dejar de verla, y te desespera el efecto que esa mujer, tan hermosa, causa en tu ser. Así, embriagado por la sensación que añade el lugar, te acabas el tabaco, el humo se extingue y tus ganas de conocerla también, al ver que la dama se fue en el tren al que debías subir.
Esta es una forma de decirlo, hay otras como que me siento en una película de Harry Potter o en una película de Wes Anderson, pero seguro hay mil maneras más. ¿Tienes una fascinación por las estaciones de tren? ¿Tienes alguna historia que contarnos?
Creo que está leyendo: "Calvos y exitosos"
El tren que me va a llevar lejos a algún lado.
La vista desde el tren, y uno de los canales característicos de Holanda.
Una estación.
4 comentarios:
misma estación. preocupación parecida.
http://issuu.com/denialpolez/docs/folded_in_circles
saludos.
d.
Excelente trabajo Denial, publiqué tus fotos en una nueva entrada.
Saludos
Tienes toda la razón,se puede ver un mundo diferente en las estaciones de tren y los trenes en general. Tuve el placer de viajar en tren por toda Suiza y partes de Europa y fue una de las experiencias más embriagantes, no solo por el paisaje en sí sino por el hecho de poder ver a todas esas personas, cada una con su propio objetivo, con sus propias perspectivas.
Gabria, es como imposible tener un affair voyeur, todo es diferente.
Gracias por contarnos,
Saludos Gabria,
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