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martes, 9 de febrero de 2016

Gente, fiesta, reliquias / Arequipa 2da parte

¿Cómo iba a saber que iba a conducir desde Arequipa a Bolivia? El Juan estaba más preocupado de verme cómo conducía que si tenía licencia. Lo que a mi me inquietaba era el escenario de mi posible retención en el país vecino, y lo más importante, cómo iba a aguantar seis horas de manejo al ritmo que estaba llevando mi viaje. Sin papeles, sin descanso, y ebrio (no, eso no)

Mientras conduzco hacia la frontera bebo... energizantes como agua en maratón, y recapitulo mentalmente lo que pasó esos últimos días en Perú. Flashback de las fiestas de Arequipa:

































Plaza central, alguien regalaba entradas gratis a Radiohead, o era chicha morada gratis.
Después de la fiesta en las calles de Arequipa solo quedaba comer algo e irse al hostal.
Rodeado de taxis por todo lado. No hay un solo auto particular


Después del Cusco llegué a Arequipa, y mientras caminaba por la concurrida plaza de armas noté a joven de cabello largo que por alguna razón me llamó la atención. Me senté a lado y conversamos. Renzo es de Lima, músico trovador que estaba en la Ciudad Blanca para una presentación. Luego me presentó a Yeny en una piscina a la que fuimos. Una de esas noches Yeny cantaba en la plaza de armas, en frente de la Basílica, con Renzo y algunos amigos. Ahí conocí a Juan y a Fernando. Juan con su armónica cilíndrica acompañaba cualquier canción, y de vez en cuando fumaba un tabaco. Demostraba cierto liderazgo y carisma. Fernando, de Bolivia, un maestro del charango, juntaba su voz a la de Yeny en esta tonada de su autoría que logré grabar en mi celular.







Paralelamente el lado B. ¿Cuál era mi lugar? Era un turista, un "invasor", un curioso, un explorador. En ese lado era inevitable juntarme a otras visiones parecidas. Como la del alegre Viren, de Inglaterra, al que conocí en un tour guiado. Sociable, y siempre de buen ánimo para un pisco sour, si lo vuelvo a ver, debería ser yá un maestro del charango boliviano. Más tarde se uniría al viaje mi amiga Frieda quien con sus gustos vegetarianos me garantizaba una comida saludable a bajo costo. Frieda tuvo un episodio clásico de un turista. Un paseo por orillas peligrosas. Tanto que una señora alarmada la sacó de ahí como si le estuviera salvando la vida.

¿Cómo sabes que alguien no pertenece a ese sitio? Los códigos de vestimenta, apariencia física, las formas, el ritmo al que actúa. Si fuera parte de un escuadrón de ataque en territorio enemigo se ganaría el "cielo". Pero no importa, nadie te va a disparar (creo).

Pero intento hablar de la ciudad. El segundo día de las fiestas de Arequipa incluye el desfile principal:













Escenas de fiesta en las fechas importantes de Arequipa, pero como dije en la entrada anterior les iba mostrar las "reliquias de la muerte" arequipeñas, llegó la hora:




                     Anis Najar, más barato en la tienda de su barrio. (bajativo o para el frío)


                   Producida en los anales arequipenses, y disponible en tiendas o mercados.


               Chocolate La Ibérica. Hay varias tiendas que lo venden. Excelente y muy local.

Por otro lado, queda el misterio de estos bebés negros que se encuentran entre las frutas que venden en el mercado en Arequipa. Cuando pregunto sobre el tema a las señoras vendedoras, ninguna me puede responder, no porque no sepan, sino porque no quieren contarme nada. Si alguien sabe la razón de su uso lo agradecería mucho.



Y como siempre hay espacio para el postre. ¿Qué tal una Diana o buñuelos de Doña Goyita?






Aun me queda un capítulo de Arequipa. Pero antes un consejo: Ser vegetariano es bueno para tu bolsillo mientras viajas por Sudamérica. La próxima hablaré de cañones.

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