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domingo, 8 de febrero de 2015

Ortiga (Viaje a Sucúa)


En mi reciente viaje a Sucúa (cantón de Morona Santiago) hubo un tema recurrente de los locales. Un trago, dos, mil y ya estábamos hablando del auto conocimiento. Chuchaqui y con 48 horas sin dormir conocí un shamán que me reveló los caminos del turismo fake sin querer. Y claro, descubrí la magia de Sucúa que reside en su gente y sus atractivos naturales. Escogí visitar el lugar en sus fiestas de cantonización (52 años) y esto fue lo que pasó.

No tenía muchas expectativas de la ciudad, lo que conozco del oriente ecuatoriano es que teníamos mucho y ahora no tanto.

Llegué a la madrugada, el olor en Sucúa es dulce, algo cítrico que te hace sentir muy bien. Me sorprendió el estilo arquitectónico de la ciudad, construcciones  modernas y grandes, resulta que mucha gente migró a países extranjeros. A lo lejos escuché música. Lo que sigue va así: Coliseo-casualidad-amigos-cuencanos en Sucúa-cerveza-karaoke-buenos días.

La feria es el siguiente evento, todos van, se caracteriza por la muestra de ganado, rodeo, venta de artesanías, flores, comida, música, hay de todo. Después de beber 300 jugos de coco le pagué a un taxista para que me lleve a los lugares de visita obligatoria. 



(Vacas enormes, quizás son los esteroides o era un monumento y no me daba cuenta.)



                                                       (Papi pollo por todos lados)



Visité las cascadas Kintia Panki. Son tres, y lastimosamente hubo un derrumbe y no se pudo acceder a la tercera cascada. Pero no importó porque la segunda estuvo espectacular. ¿Lo malo? Muchos turistas. ¿Lo bueno? Los Shuar te hacen limpias y claro, nadar ahí te recarga. Difícil de explicar la sensación, corro peligro de sonar muy hippie/new age.
  
Las comunidades Shuar están a cargo de la guianza. Después de "nadar" en la cascada, volvimos a la "casa" Shuar donde me brindaron agua de Guayusa y Ayampaco. No deje de probarlos.

El líder Shuar me comentaba que apenas volvió de Quito en donde discutió con el Gobierno Nacional sobre las políticas que restringen la caza de animales, en su caso más específico, la caza de jaguares. Mencionó que se llegó a un arreglo que permite la caza de jaguares solamente por parte de los líderes de las comunidades Shuar. Y cualquier uso que se le pueda dar al animal cazado será solo para él. También me recomendó el Ayampaco que me serví enseguida. 






                                                   (Ayampaco, comida típica)

                                                (Líder de la comunidad Shuar)


¿Siguiente parada? El Parque Botánico. Tiene nuevas instalaciones, el parque tiene 27.82 hectáreas de bosque, se puede ver comunidades Shuar, y se puede caminar dentro por un sendero de 1100 metros. Hay grandes árboles, palmas, matapalos, caña gadua, orquídeas, heliconias, etc... Se puede ver, además, mariposas y aves.

Lo siguiente fue: concierto de pasillo-fiesta en Macas en el Balcón-excelente Cuba Libre.







Me perdí el desfile, así que no tengo un dato sobre eso. 

Después visitamos el río Panki, sitio administrado por los Shuar. Se puede nadar, y es difícil competir con los niños Shuar. Se puede usar sus balsas para ir río abajo. Es muy entretenido. Solo cuídate de los mosquitos, el sol y los dinosaurios*. 






                                                           (Río Panki y los amigos)

                          (La comunidad colombiana en Sucúa en un evento especial)


En resumen no dormí nada y estuvo increíble. Es un lugar bastante espiritual. No en sentido religioso, sino mas bien por la naturaleza. La gente es amable, quizás no tanto si andas de Don Juan. 

*Un agradecimiento especial a mi amiga Jessica Orellana quién fue una excelente anfitriona junto a sus amigos.    

*No hay dinosaurios, no. 

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