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domingo, 12 de noviembre de 2017

Vive Colombia, Viaja por ella (Parte 1)


Muchos son los estereotipos que tenemos sobre nuestros países vecinos. Incluso llegan a niveles de intolerancia xenófoba. Pero estos impulsos sin fundamento casi instantáneos se pierden cuando reconocemos sus cualidades, muchas de ellas las hemos podido disfrutar; como las letras de Gabo, la música de Joe Arroyo, el escorpión de Higuita, la belleza de sus mujeres, el café.

Cuando veo noticias del país cafetero en la televisión me resulta lejano, como si estuvieran en otro continente, como si no hubiéramos compartido nunca un pasado juntos. Saco un mapa y me sorprende lo cerca que está. ¿Por qué no se me ocurrió visitarlo antes? Acompáñenme, vamos a hacernos una idea más cercana de nuestros vecinos del norte.

Empezamos bien con un vuelo directo a Bogotá desde Quito. 200 dólares más o menos en la aerolínea Wingo, cualquier preferencia (como escoger tu asiento, o llevar una maleta grande) te va a costar extra. Lee las letras pequeñas, prepara con anticipación y no seas tacaño.

Los temas más recientes sobre Colombia son sobre la paz con la guerrilla. El Presidente Santos ganó el Premio Nobel de la Paz por estos esfuerzos. En contraste ganó el “no” en el “plebiscito por la paz”, una votación que registró un ausentismo mayor al 60%. Las votaciones en Colombia son voluntarias. Aun así la diferencia de votos positivos y negativos fue reducida. El “no” estaba respaldado por el ex presidente Álvaro Uribe.

Muchos dicen que la guerrilla ha sido siempre la excusa de todos los problemas colombianos, pero que el verdadero problema es la corrupción que se oculta en esa densa selva política. Se dice que los colombianos están divorciados de la clase política.































(A este señor le puedes pagar por la explicación completa de la historia de la plaza)

















































































































El sol del mediodía en la capital se siente fuerte, y más cuando caminas por la Plaza de Bolívar. No tiene ningún tipo de árbol o planta decorativa. El mismo Libertador sufre los embates del sol en el medio de una plaza de color beige rodeado de un infinito número de palomas que no se cansan de comer el maíz que los turistas y locales les tiran. Los policías llevan Rottweilers con bozales para nuestra protección. La seguridad se intensifica al pasar por la residencia del presidente (donde no vive), el Palacio de Nariño, nadie pasa sin que un policía revise tu bolso o mochila. No debes caminar por la vereda del palacio. Cualquier cosa la calle o al frente. Estas medidas no son arbitrarias, basta recordar el “Bogotazo” o la toma del palacio de justicia años atrás. Años decisivos para el futuro de Colombia.

Sentado en las gradas del Capitolio Nacional aprovecho la sombra para descansar un poco. Los vendedores te hacen sentir como un rey, las opciones compiten entre helados y hormiga culona. Esta última es conocida por su alta cantidad de proteína y afrodisiaco, incluso se regala en bodas. Debí comprar la hormiga.




El transporte público en Bogotá está liderado por el Transmilenio, el metro, y los buses. Todos integrados. Ahora, subir al Transmilenio y entender sus rutas y salidas y conexiones es toda una aventura. Como el tiempo es oro no dudes en preguntar a los encargados qué ruta tomar a tu destino, ellos lo saben todo, y encima están de buen humor.   

Me fui al Parque de la 93, en la zona de Chapinero al norte, me reencontré con Karen, a quién conocí en Santiago de Chile en 2015; junto a León, su novio, comimos un “calentado” en un restaurante, se supone que son sobras de comida, se sirve como un plato a la carta de muchas maneras, puede llevar complementos, es muy colombiano. Cuando viajas tienes la opción turista, o la opción de sentirte como un local.

Más tarde recorrimos la Zona T, la zona rosa de Bogotá, repleta de bares y restaurantes. Nos metimos a un bar para beber unas cervezas artesanales. Previamente hicimos una parada en la cervecería “más chica” de la capital: BBC (Bogotá Beer Company); básicamente crearon una  cerveza que se sienta muy bogotana, sus tipos de cerveza llevan nombres de los barrios de Bogotá como: Monserrate, Candelaria, Chapinero, etc… Está buena.

La noche en “La Candelaria” (centro de Bogotá) es peligroso y hay que ir con cuidado. Por el día queda cerca El Museo del Oro donde puedes encontrar una pieza de oro maravillosa no solo por su historia, sino también por su construcción: la Balsa Muisca. No muy lejos está El Parque de los Periodistas donde buscaba el Free Walking Tour Bogotá y casualmente me tropecé con el Bogotá Graffiti Tour que recorre el barrio de La Candelaria en base a los graffitis que varios Street Artist locales e internacionales han dejado en las paredes de la ciudad. Esta es una gran opción para conocer más a fondo la coyuntura artística, política y social de Colombia. Carlos, nuestro guía, explicaba con lujo de detalle los hechos que provocaron las expresiones protesta de esos graffitis. Para los curiosos estos son algunos nombres que integran la lista de artistas que dejaron una marca en Bogotá (algunos siguen hasta hoy): Guerrero, Hox, DjLu, Animal Power Crew (APC), Lesivo, Rodez, Hell Saint Cat, Kiptoe, etc…
  































En este mismo tour visitamos la Plazoleta del Chorro de Quevedo, donde se cree se fundó Bogotá, al que se accede por un callejón (Calle del Embudo) que está cerca del Hostal Fátima donde estuve y que recomiendo si lo que buscas es un hospedaje mochilero fiestero, barato,  y de calidad. Si tienes suerte trata de conversar con Roberto en el bar, sabe mucho sobre la historia y cultura colombiana. Como iba diciendo… La plazoleta es perfecta para relajarse, ver cómo cae la tarde tomando un vino acompañado por la música que los viajeros ofrecen con toda la buena vibra. De vez en cuando la policía pide papeles a la gente de la plaza, como para no olvidarnos de estar tensos.          
  
Carlos nuestro guía del graffiti nos recomienda visitar el mirador del Santuario de Monserrate. En camino puedes visitar la Casa Museo Quinta de Bolívar. Vale la pena saber cómo vivía el Libertador junto a la temperamental Manuela Sáenz (la vasenilla viene incluida). Después puedes subir las gradas para el mirador, o si no quieres sudar la gota gorda, hay un funicular, pero debes hacer una fila enorme y no tienes cara de tener paciencia ¿o sí? No subas en la noche parcerito.


 (Vista del Santuario de Monserrate )


El tour graffiti termina recordando a Diego Felipe Becerra, un joven de 16 años que fue asesinado por un elemento policial con un disparo en la espalda mientras grafiteaba una pared. La comunidad grafitera se encargó de que no se olvidaran de su nombre “Tripido”.




(Esta infografía fue tomada del portal web de la revista Semana de Colombia que fue publicada el 11 de noviembre de 2017 en este enlace: http://www.semana.com/on-line/multimedia/infografia-los-casos-mas-controvertidos-y-mediaticos-de-colombia/517202)

Bogotá tiene una oferta cultural diversa y muy importante como el caso del Museo Botero que además del anfitrión, se incluye una muestra adicional de los artistas más importantes del mundo: Chagall, Giacometti, Picasso, etc… Se siente como si hubiera descubierto un tesoro escondido.

Cuando le pregunté a los colombianos sobre su café favorito no pudieron decirme uno. Hay tantos y todos muy buenos que no queda más que hacerle caso a la publicidad cafetera que más ha calado en mí ser adicto a la cafeína. “Dios” sabe que es el “mejor”. Después del café me voy al norte, y vuelvo con la segunda parte de esta historia.


1 comentario:

down to earth dijo...

I love to read of your travels and wish I was young enough to travel with you.

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